sábado, 28 de agosto de 2010

Soltando amarras…

Estos son mis últimos días como empleado de Petrobras. Esta historia que comenzó diez años atrás, cuando la familia Perez Companc aún era dueña de esta compañía a llegado a su fin. Como podrán imaginar, fue una decisión difícil, pero también reconozco que dilatada y que debía tomar.
Por supuesto que sólo tengo agradecimiento y satisfacción por la empresa que dejo, por el tiempo que pasé en ella, por todo lo que me dio y por todo lo que me enseñó, por la gente que conocí, por las historias que viví, por la transformación personal que me permitió tener.
Obviamente las cosas nunca son perfectas, si lo fueran, continuaría eligiendo seguir trabajando aquí y no lo estoy haciendo, pero a pesar de ello, debo reconocer que me regaló la oportunidad de crecer desde un recién graduado al profesional que hoy soy. Fue y será por siempre mi gran escuela y así la llevaré en mi corazón.
La pregunta que todos me hacen es ¿y por qué te vas? que luego de reflexionar prefiero convertir en un ¿para qué te vas?

  • Para volver encontrarme con mi voluntad de cambio, esa que permite cerrar las brechas de insatisfacción.
  • Para salir de mi zona de confort, enfrentando los riesgos y los desafíos que este cambio puedan significar.
  • Para buscar una visión que sienta válida, valiosa y posible.
Gracias a todos los que confiaron en mí todos estos años. Los que toleraron mis ironías y rebeldías. Los que se atrevieron a confiar en los riesgos que tomaba, los que me permitieron equivocarme y con ello aprender muchísimo.
Gracias por todo el afecto que me regalaron en éstos últimos días luego de dar la noticia de mi partida, me llevo el alma plena de gratitud por los comentarios y el reconocimiento que muchas personas me han transmitido.
Gracias al equipo de gente que dejo después de dos años y medio. Fueron mis grandes maestros, los que me permitieron liberar alguna de mis ideas de que un management diferente puede ser posible. Espero haberles podido dejar una pequeña huella en sus corazones. Los mensajes de los últimos días me convencen que el camino es por ahí, que no estaba equivocado y vuelve con un sentido mucho más potente tanto de lo que he escrito en este blog.
Mark Twain una vez dijo:
En 20 años lamentarás más las cosas que no hiciste que las que sí hiciste. Así que suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.
Nos seguiremos viendo ahí, en cualquiera de las curiosas vuelta de la vida…

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