Ayer, durante la Primera Jornada de Contenidos Digitales, organizada en conjunto por el Ministerio de Cultura de España y la Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (ASIMELEC), especialistas y ejecutivos dieron su opinión acerca de los retos que deben enfrentar en el sector, ante el avance de las TICs en el mundo editorial y educativo.
Unas de las discusiones de mayor peso en las mesas de debate se centró en la entrada de Google y de su propuesta por digitalizar libros para comercializarlos en otros formatos compatibles con diferentes dispositivos. En este sentido, Ángel María Herrera, fundador de Bubok, aseguró que las grandes editoriales deberían llevar la delantera en el área de ebooks porque ”Google, como compañía, no ama el libro".
El ejecutivo afirmó que no se trata sólo de llevar los títulos existentes a distintos equipos, sino que es necesario hablar de crear nuevos contenidos que no sean "pirateables". Frente a estas acusaciones, Luis Collado, gerente para España y Portugal para la sección Books del megabuscador, afirmó que “si alguien defiende la propiedad intelectual en Internet, es Google”. No obstante, Herrera arremetió contra el ejecutivo de la firma online señalando que la forma de combatir la piratería actual es “una pérdida de tiempo”.
Qué sucede en la escuela
La conferencia sirvió como marco para que las editoriales dedicadas al ámbito educativa también hicieran un balance de su accionar frente al avance de los ebooks. En esa línea, José Manuel Cerezo, director de Estrategia de Prisacom, afirmó que las empresas de contenidos digitales tienen que entonar el mea culpa y hacer autocrítica, como también deben hacerlo las administraciones públicas: “no hemos sabido adaptarnos a los cambios”.
El ejecutivo reclamó una hoja de ruta clara también entre las administraciones. A su juicio, la falta de coordinación provocó que iniciativas que podían haber prosperado se hayan quedado en nada. “Se ofrecieron los contenidos digitales como complemento sin visión de que son un sector de futuro”. Según Cerezo, no hay cifras ni valoración ni de cómo se adaptan los alumnos, profesores, y la postura ambigua de las administraciones públicas tampoco contribuyeron a ello.
Por su parte, Nicanor García Fernández, coordinador de Tecnologías Educativas de la Consejería de Educación del Principado de Asturias, alzó su voz para reclamar una puesta en común de todas las administraciones públicas y el aprovechamiento de las distintas iniciativas que van surgiendo. “Internet es un desafío mastodóntico que hay que saber aprovechar”.
“La escuela 2.0 no sólo es dar una computadora a cada alumno, sino avanzar hacia los contenidos digitales. Es fundamental ir a una plataforma común que aúne a las editoriales y su oferta, y que sean asequibles”, afirmó. No obstante, señaló que no vale poner los libros en formato pdf. “Hay que adaptar los contenidos. Tenemos una oportunidad única, hay que perder el miedo porque la industria tiene mucho que decir en educación. Abramos las aulas a este vendaval o nos llevará por delante”.
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