miércoles, 13 de abril de 2011

Neuromanagement Aplicado


Las diferencias entre el cerebro masculino y femenino existen. Sin embargo, a priori no podemos pensar en el armado de un mapa
de características de gestión que sean intrínsecamente femeninos o intrínsecamente masculinos.

La mediocridad, por ejemplo, no tiene género. Tampoco la inteligencia, ni las habilidades para alcanzar el éxito. Lo que se observa, anatómicamente, es una especie de plataforma diferente que va a impactar en la toma de decisiones, teniendo siempre como base la personalidad individual.

Durante un experimento se descubrió que la toma de decisiones económicas de los hombres, tendía a ser más riesgosa que la de las mujeres y que, por lo general, ellos ganaban más dinero en pruebas de laboratorio. Al observar qué ocurría en el cerebro de los participantes, se observó que, ante las mismas circunstancias, en el cerebro de los hombres se activaban las zonas vinculadas a la emoción; mientras que, oh! sorpresa, en el de las mujeres se activaban las zonas más racionales.

Si bien no hay suficientes datos para poder afirmar que las mujeres son más cautas que los hombres, esta investigación dejó abierta una puerta muy interesante. Varios estudios muestran que los hombres presentan exceso de confianza con mayor intensidad que las mujeres, especialmente en lo referido a tareas que son percibidas como “masculinas”, entre las que se cuentan las finanzas, y en aquellas situaciones en las que la información de retroalimentación es inexistente o ambigua (nuevamente, es el caso de las finanzas). Aun cuando tanto hombres como mujeres muestran signos de exceso de confianza, el exceso de confianza del “macho” en una actividad que asume como “su dominio”, lo lleva a invertir en exceso y a obtener peores resultados que las mujeres.

Ahora sabemos que hay diferencias estructurales que explican buena parte de la conducta. Veamos algunas de estas diferencias:

- El núcleo hipotalámico INAH3 del área preóptica media es, en promedio, 2,5 veces más grande en el hombre que en la mujer.
Este núcleo es responsable del comportamiento sexual y explica por qué son tan efectivos en el segmento masculino los productos cuya estrategia de posicionamiento incluye simbología erótica, como el desodorante masculino Axe, de Unilever.

- El cuerpo calloso (tejido a través del cual se comunican los hemisferios cerebrales)es más grueso en las mujeres que en los hombres. El grosor tiene que ver con la comunicación entre ambos hemisferios.

- Los axones (prolongaciones más largas de las neuronas) tienen un color más claro, mientras que el núcleo de las neuronas es más oscuro. Esto significa que el cuerpo calloso de las mujeres tiene “conexiones axonales” más largas y explica por qué pueden integrar con mayor facilidad pensamientos que vinculan elementos más distantes y diferentes entre sí. En el análisis de la configuración neuronal, podemos inferir que la mujer contemplará mayor variedad de fundamentos a la hora de analizar alternativas y considerará, incluso, aspectos distantes o de relativa poca relación con el tema que la ocupa.

Las mujeres tienen 10 veces mayor cantidad de materia blanca que los hombres, y éstos, más materia gris, 6.5 veces más que las mujeres. Esto significa que el cuerpo calloso de los varones tiene mayor cantidad de neuronas y el de las mujeres, más “conexiones axonales” (que son más largas). Esto explica la mayor capacidad y posibilidad de razonamientos secuenciales concretos y concentrados que tiene el varón y, a su vez, la mayor capacidad de relaciona-miento amplio (de diversos aspectos aún dispersos e inconexos) que tiene la mujer. También puede explicar dos tipos de inteligencia. La más razonadora y concentrada, típica del hombre, y la intuitiva, típica de la mujer.

Otro tema que ha sido analizado, es el de las reacciones ante expresiones calificadoras. Las mujeres reaccionan con más intensidad que los hombres, tanto en sentido positivo como negativo.

Otra de las diferencias observadas es que los recuerdos emocionales son mucho más potentes en las mujeres que en los hombres, tanto, que pueden determinar la toma de decisiones ante hechos presentes que nada tengan que ver con el pasado.

Ante situaciones de estrés o crisis, no sería nada raro que, al igual que en los juegos económicos, las mujeres actuaran con una mayor racionalidad que los hombres y, a la inversa, que reaccionaran con más emotividad que aquellos, ante sucesos que disparen recuerdos archivados con una fuerte carga emocional.

Las mujeres, a diferencia de los hombres, poseen una mayor articulación e intensidad emocional vinculada a su pasado y recuerdan más eventos emocionales que los hombres. Esta particularidad en el registro de información podría influir en decisiones futuras cuando los marcadores somáticos de una experiencia presente remitan a la emoción archivada por experiencias previas.

Dr. Néstor Braidot - Es uno de los especialistas más consultados sobre la aplicación de las neurociencias al liderazgo, la educación y el aprendizaje. Conferencista, catedrático, empresario, consultor y escritor. Dr. en Ciencias de la Administración, Máster en Economía, Lic. en Administración de Empresas, Contador Público, Lic. En Cooperativismo, Máster en Programación Neurolingüística y Trainer en Diseño Conductual. Es Catedrático de la Universidad de Salamanca, España.

Fuente:  Revista Mentores

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