Uno de los cambios más espectaculares en el pensamiento directivo  durante los últimos 15 años ha sido el cambio en el papel de los  empleados en la organización. De hecho, nada sirve mejor de ejemplo  sobre la revolucionaria transformación del pensamiento de la era  industrial a la forma de pensar de la era de la información, que la  nueva filosofía de evaluacion de competencias y sobre la forma en que los empleados contribuyen a la organización.
Para que una organización pueda simplemente mantenerse debe mejorar  continuamente. Las ideas para mejorar los procesos y la actuación de  cara a los clientes deben provenir, cada vez más, de los empleados que  están cerca de los procesos internos y de los mismos clientes de la  organización. Este cambio exige una gran recualificación de los  empleados, para que sus mentes y sus capacitaciones puedan ser  movilizadas a favor de la consecución de los objetivos de la  organización. Los esfuerzos para mejorar la vida laboral constituyen  labores sistemáticas que llevan a cabo las organizaciones para  proporcionar a los empleados una oportunidad de mejorar sus puestos y su  contribución a la empresa, en un ambiente de mayor confianza y respeto.
En primer lugar, para lograr mejoras a largo plazo en la  productividad, es indispensable mejorar la calidad del entorno laboral.  Si se piensa a corto plazo, una administración autocrática no puede  mantener progresos significativos en los niveles de productividad porque  el deterioro en el entorno laboral lleva no solamente a mayores niveles  de ausentismo, tasas de rotación y renuncias, sino también a la  lentitud, el desgano y la indiferencia, el personal se retira  psicológicamente de sus labores y predomina la actitud de cumplir  exactamente con el mínimo requerido.
Actuando en consecuencia con estos hallazgos, tanto los funcionarios  de la organización como los profesionales de la administración de los recursos humanos  se unen en la necesidad de crear en su organización un clima en el que  verdaderamente se trate a las personas como expertos responsables en sus  puestos.
Cuando los dirigentes de una organización descubren que sus  integrantes desean contribuir al éxito común y se empeñan en buscar y  utilizar métodos que permitan esa contribución, lo más probable es que  se obtengan mejores decisiones, más altas tasas de productividad y una  calidad muy superior del entorno laboral.
Este trabajo constituye un avance sobre el tema de la importancia de  las personas en las organizaciones que se iniciara por investigaciones  anteriores, al analizar el maltrato en las organizaciones, la  determinación del clima organizacional,  la importancia del lenguaje gestual en la creación de un ambiente  motivante, y constituye una propuesta que permita profundizar una  realidad que si bien es aceptada por la mayoría de los empresarios, aún  hoy no se concreta en realidades, el hecho de considerar a las personas  el principal activo de las organizaciones.
 

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